Raymond McNair: Usted necesita saber por qué – ardientes pruebas son necesarias

Raymond McNair: Usted necesita saber por qué – ardientes pruebas son necesarias

COGwriter

Muchos en el pueblo de Dios están soportando severas y/o numerosas pruebas y dificultades.

Aquí está algo de lo que el finado evangelista de la Iglesia de Dios Raymond McNair escribió acerca de las dificultades para los cristianos en la edición de julio 1967 de la antigu revista Good News, y que fue incluído en la Carta a los Hermanos: Diciembre 16, 2021, de la CCOG:

Usted necesita saber por qué – ardientes pruebas son necesarias

A través de toda la historia, la Iglesia de Dios ha experimentado muchas persecuciones y tribulaciones. ¡Los hijos de Dios a menudo experimentan severas pruebas y dificultades! ¿Por qué? ¿Sabe usted por qué un Creador AMOROSO ha decretado que todos Sus Hijos deban pasar a través de su parte de ardientes pruebas? Lea, y entienda esto. Las pruebas son una parte vital en el desarrollo del carácter espiritual.

MUCHOS FRACASAN en darse cuenta de que las PRUEBAS son realmente BENDICIONES DISFRAZADAS – ¡A pesar de lo poco placenteras que ellas puedan ser en el momento! Ustedes, hermanos, necesitan entender por qué nuestro amoroso Padre ha ordenado que todos Sus Hijos deban experimentar un número de tentaciones, pruebas, persecuciones y tribulaciones.

Dios Todopoderoso ha diseñado deliberadamente la concepción y el nacimiento de un hijo en esta vida para que sea un tipo – un retrato exacto – de la concepción y el nacimiento espritual que los hijos de Dios deben experimentar – antes de que ellos puedan nacer en Su Familia.

¡Nosotros nacimos en este mundo bajo terrible presión! En el nacimiento, tanto la madre como el niño usualmente experimentan mucha tensión y presión, como también una cierta cantidad de dolor físico.

Esto es un tipo exacto del nacimiento espiritual.

Cristo dijo:

“En verdad, en verdad os digo, a menos que un hombre nazca de nuevo, no puede ver el Reino de Dios” (Juan 3: 3).

¿Cuáles son los propios primeros pasos hacia la salvación? (1) Arrepentimiento (2) Bautismo y (3) recibir el precioso Espíritu Santo de Dios (Hechos 2: 38). …

NOSOTROS SÓLO PODEMOS NACER EN EL REINO DE DIOS BAJO TENSIÓN Y PRESIÓN – ¡BAJO PRESIÓN!

¡Usted necesita entender por qué esto es necesario, y también cómo Dios permitirá que nosotros seamos probados extremadamente a veces!

El Rey David, un hombre de acuerdo al propio corazón de Dios, tendrá una posición muy alta de gobierno en el Reino de Dios. Él será rey sobre todo Israel (Ezeq. 37: 24; Oseas 3: 5; Jer. 30: 9), Para calificar para esta alta posición de responsabilidad y servicio en el reino de Dios, David tuvo primero que sufrir muchas pruebas, persecuciones y aflicciones. Su vida estuvo, de hecho, llena de tribulaciones.

Él entendía que el pueblo de Dios debe experimentar muchas pruebas y exámenes en esta vida:

“Muchas son las aflicciones del justo; pero el Señor lo libra de todas ellas” (Salmo 34: 19).

David cometió algunos errores muy graves en su vida, y tuvo que ser afligido por Dios para aprender su lección – ¡La lección de que EL PECADO NUNCA PAGA! …

¿Sabía David por qué Dios lo había afligido a él? ¡Ciertamente! “Antes de que fuera afligido, fui por el mal camino [Pequé]: Pero ahora yo he guardado tu palabra” (Salm. 113: 67). Él entonces libremente confesó que Dios era justo al castigarlo a él: “Es BUENO para mí que haya sido AFLIGIDO; para que pueda aprender tus estatutos” (Salm. 119: 71).

Mucha tribulación

El celoso apóstol Pablo entendía la absoluta necesidad de que el pueblo de Dios pasara a través de tribulación en este mundo – para purificarlos a ellos. Él exhortó a los discípulos a “continuar en la fe, y que nosotros debemos a través de MUCHA TRIBULACIÓN entrar en el Reino de Dios” (Hechos 14: 22).

Él solemnemente advirtió al evangelista, Timoteo: “Sí, y TODOS los que viven piadosamente en Cristo Jesús SUFRIRÁN PERSECUCIÓN” (II Tim. 3: 12).

Pablo ciertamente tendrá una muy alta posición en el Reino de Dios. Las muchas tentaciones, pruebas, persecuciones, tribulaciones y trabajos que él soportó lo calificaron a él plenamente para recibir una posición de gran responsabilidad.

¿Ha notado usted acaso cuidadosamente justamente cuándo sufrió este dinámico apóstol y soporto por causa de Cristo?

“¿Son ministros de Cristo? (Hablo como delirando.) ¡Yo más! En trabajos arduos, más; en cárceles, más; en azotes, sin medida; en peligros de muerte, muchas veces. Cinco veces he recibido de los judíos cuarenta azotes menos uno; tres veces he sido flagelado con varas; una vez he sido apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado en lo profundo del mar. Muchas veces he estado en viajes a pie, en peligros de ríos, en peligros de asaltantes, en peligros de los de mi nación, en peligros de los gentiles, en peligros en la ciudad, en peligros en el desierto, en peligros en el mar, en peligros entre falsos hermanos; en trabajo arduo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez. Y encima de todo, lo que se agolpa sobre mí cada día: la preocupación por todas las iglesias.” (II Cor. 11: 23-28).

En adición a estas pruebas, Pablo reveló que él tenía ciertas “enfermedades” físicas que Jesucristo había rehusado sanar – para mantener a Pablo humilde – de manera que él mirara a Cristo y la gloria en Dios, en lugar de lo que él había hecho (II Cor. 12: 1-9). Pablo concluyó:

“Por eso me complazco en las debilidades, afrentas, necesidades, persecuciones y angustias por la causa de Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.” (II Cor. 12: 10). …

La Dura Prueba

¿Creía el apóstol Pedro que la vida de un cristiano era fácil? ¡No! Él reveló que la fe del cristiano debe a veces ser enormemente probada: “6 En esto os alegráis, a pesar de que por ahora, si es necesario, estéis afligidos momentáneamente por diversas pruebas, para que la prueba de vuestra fe—más preciosa que el oro que perece, aunque sea probado con fuego— sea hallada digna de alabanza, gloria y honra en la revelación de Jesucristo.” (I Pe. 1: 6-7)

Este mismo apóstol también fue inspirado a dar la siguiente advertencia: “Amados, no os sorprendáis por el fuego que arde entre vosotros para poneros a prueba, como si os aconteciera cosa extraña. Antes bien, gozaos a medida que participáis de las aflicciones de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con regocijo.” (I Pe. 4: 12-13).

La vida ejemplar de Cristo – especialmente durante los tres años y medio de Su ministerio terrenal – ¡No fue una vida de ociosidad y facilidad sino llena de constantes pruebas de toda clase! Él encontró continuamente oposición, fue perseguido, difamado, criticado, y fue finalmente crucificado por el propio pueblo a quien Él amaba – ¡Amaba tanto que Él estuvo dispuesto a morir por ellos!

Sí, Cristo supo lo que era la verdadera tribulación. “En el mundo encontraréis TRIBULACIÓN”, dijo Jesús, “pero tengan buen ánimo; yo he vencido al mundo” (Juan 16: 33).

¿Cómo nos prueba y examina Dios a nosotros? ¿Cómo sabe Él lo que realmente está en nuestro corazón?

Nosotros ya hemos visto que Dios a veces nos aflige a nosotros para humillarnos o para enseñarnos una lección importante (Salm. 119: 71; II Cor. 12: 7-10).

Dios nos castiga en amor

Sí, Dios Todopoderso tiene que castigar a todos Sus hijos e hijas – talcomo nosotros tenemos que corregir a nuestros hijos:

“¿Y habéis ya olvidado la exhortación que se os dirige como a hijos? Hijo mío, no tengas en poco la disciplina del Señor ni desmayes cuando seas reprendido por él. 6 Porque el Señor disciplina al que ama y castiga a todo el que recibe como hijo.” (Heb. 12: 5-6)

El apóstol Pablo sigue entonces para mostrar que si nosotros “soportamos el castigo”, entonces Dios trata con nosotros como con hijos.

Pero si nosotros no recibimos su amorosa corrección, entonces ¿Cómo nos llama Dios a nosotros? ¡Él sin rodeos nos llama “bastardos” (espirituales)! Nosotros no somos realmente hijos de Dios en absoluto sino meramente pretendiendo ser Sus hijos.

¿Hace el castigo Divino que nosotros portemos buen fruto?

Note por qué Dios nos castiga:

“Al momento, ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que por medio de ella han sido ejercitados.” (versículo 11)

Dios ha ordenado que esta vida no será una vida fácil – por una muy buena razón. ¡Él sabe que, si nosotros no tenemos severas pruebas y exámenes, entonces nosotros nos hacemos espiritualmente suaves y flojos!

Un hombre confortable es un hombre complaciente. Un hombre confortable no desea cambiar – ¡No desea alterar el status quo! ¿Por qué debería hacerlo él? Él está enteramente feliz de dejar que las cosas continúen como están. ¿Por qué cambiar – cuando todo parece estar yendo tan sin contratiempos?

Dios Todopoderoso sabe que nosotros necesitamos problemas, tentaciones, pruebas, necesidades, debilidades, persecuciones y aflicciones para provocar en nosotros acción – ¡Para provocarnos lo suficiente para sobreponernos a nuestro letargo espiritual!

Dios promete una bendición especial sobre aquellos que rotundamente resistan y venzan las tentaciones: “Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba; porque, cuando haya sido probado, recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que le aman.” (Santiago 1: 12).

Cómo somos probados

¿Cuáles son algunas de las muchas formas por las cuales nosotros somos afligidos? ¿Formas por las cuales se consigue que nosotros nos pongamos de rodillas ante Dios en oración de todo corazón? ¿Cuáles son alguans de las pruebas que nos hacen realmente clamar a Dios (como a un Padre misericordioso y amosoro) por ayuda y fortaleza para sobreponernos a nuestras pruebas y tribulaciones?

La PERSECUCIÓN es una de las principales formas por las cuales el pueblo de Dios es atraído más cerca de Él.

Las NECESIDADES FÍSICAS a menudo hacen que el pueblo de Dios tenga que ir ante Él en oración. Cuando nosotros no tenemos las necesidades de la vida (alimento, vestuario, albergue) nosotros soos a menudo llevados a ponernos de rodillas ante nuestro Padre celestial.

DEBILIDADES, ENFERMEDADES FÍSICAS Y PADECIMIENTOS son a menudo los medios por los cualesl Dios nos lleva a nosotros de nuevo en línea. Cuando a nosotros se nos dice que podemos quedar inválidos por el resto de nuestras vidas, o cuando nosotros sabelos que podemos realmente morir de una enfermedad incurable (a menos que Dios milagrosamente nos salve!) entonces esto nos lleva a nosotros a nuestros sobrios sentidos. Semejante shock a menudo hace que nos pongamos de rodillas en oración sentida de corazón, implorando a nuestro misericordioso Dios por misericordia – por salud y sanación (II Reyes 20: 1-7).

DOBLEGANTES TENTACIONES son a menudo los medios por los cuales nosotros somos llevados a darnos cuenta de cuán débil y miserable es nuestra naturaleza humana. A través de fuertes y persistentes tentaciones (temores, preocupaciones y ansiedades; lujuria y codicia; odio y malicia; envidia y celos) nosotros a menudo somos enviados al trono de la gracia por fortaleza adicional para sobreponernos a nuestra desgraciada naturaleza (Rom. 7: 14-25).

¿Ha prometido Dios solemnemente librarnos de todas nuestras tentaciones – si nosotros sólo confiamos en Él?

No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, quien no os dejará ser tentados más de lo que podéis soportar, sino que juntamente con la tentación dará la salida, para que la podáis resistir. (I Cor. 10: 13)

Cuando nosotros realmente nos arrepentimos de nuestros pecados y nos apartamos de ellos, aceptando la sangre de Cristo como el medio por el cual nuestras transgresiones serán lavadas, entonces se nos asegura por parte de Dos que el pecado ya no nos gobernará más a nosotros – no dominará más nuestras vidas.

Dios promete: “Pues el pecado no tendrá dominio sobre vosotros: Pues vosotros no estáis bajo la {pena de muerte de la] ley, sino bajo la gracia [perdón]” (Rom. 6: 14). Una vez que nosotros somos perdonados de nuestros pecados, Dios ha prometido solemnemente que el pecado ya no reinará sobre nosotros – ¡No controlará nuestras vidas!

Un verdadero cristiano debe sufrir continuamente pruebas, tribulaciones, persecuciones, presiones, penalidades y tentaciones de toda suerte. Pero Dios no dejará que ellas nos venzan o derroten a nosotros en tanto que nosotros rotundamente miremos a Él para completa liberación:

“Sean vuestras costumbres sin amor al dinero, contentos con lo que tenéis ahora; porque él mismo ha dicho: Nunca te abandonaré ni jamás te desampararé. De manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi socorro, y no temeré. ¿Qué me hará el hombre?” (Heb. 13: 5-6)

¿Es la voluntad de Dios que Sus hijos sean mantenidos bajo una cierta cantidad de presión? ¿El sabe que nosotros necesitamos tener continuas pruebas, tribulaciones y persecuciones para que nos endurezcan espiritualmente – ¡Para mostrarnos cuán débiles y sin ayuda somos de manera que siempre lo busquemos a Él y confiemos en Él para todo!

La presión es esencial

Hay algunas analogías en la Biblia – analogías que claramente muestran que Dios permite que nosotros tengamos pruebas y tribulaciones.

El cristiano es comparado a los metales preciosos – la plata o el oro – que tienen que ser puestos bajo ardientes hornos para quemar las escorias y las impurezas. También, la plata y el oro deben ser fundidos antes de que sean derramados en un molde. Esto es verdadero con respecto al cristiano. Nosotros debemos al menos ser calentados al rojo para ser lo suficientemente maleables para poder ser fácilmente doblados y formados por las manos de nuestro fiel Creador (ver I Pe. 1: 7; I Cor. 3: 12).

La Biblia compara a los santos con preciosas joyas o piedras preciosas (Mal. 3: 17). ¡De nuevo es interesante anotar que los diamantes, rubíes, y otras joyas preciosas sólo pueden ser hechas bajo terrible presión y calor!

Así es con nosotros. Nosotros debemos estar sujetos al tremendo calor de nuestras ardientes pruebas y a la constante presión de la tentación, persecución y tribulación – ¡Para convertirnos en joyas preciosas a la vista de Dios!

Dios incluso compara a Su pueblo con la arcilla común en las manos del Alfafero Maestro: “Pero ahora, Oh Señor, tú eres nuestro padre; nosotros somos la arcilla, y tu eres nuestro alfarero; y todos nosotros somos la obra de tu mano” (Isa. 64: 8).

A Dios le gustaría vernos prosperar y tener salud (III Juan 2); pero Él incluso nos negará estas bendiciones si Él sabe que nosotros necesitamos sufrir privación, aflicción o persecución – para hacer que nosotros realmente lo busquemos a Él como nuestro Proveedor y nuestro Librador de todas nuestras pruebas.

¡Jesucristo rechazará a todo aquel que permanezca en una condición tibia (Apo. 3: 15-16)! Él no desea vernos a nosotros convertidos en escoria espiritual – insensibles a los deseos de nuestro Creador. Dios no desea que nosotros seamos zánganos espirituales.

El ejercicio espiritual es vital

Dios Todopoderoso sabe que es sólo a través del constante ejercicio espiritual de problemas, pruebas, exámenes, persecuciones, tentaciones y tribulaciones que nosotros desarrollamos verdaderos tendones y fortaleza espiritual. Si uno no se cansa a sí mismo con una cierta cantidad de agotador ejercicio diario no puede desarrollar su cuerpo hasta su punto óptimo y permanecer en la mejor salud física.

Así es espiritualmente. Si nosotros no hacemos ejercicios diariamente nuestras capacidades espirituales para vencer y resolver nuestros problemas espirituales, pruebas e inconvenientes – entonces no permaneceremos en una muy buena forma espiritual. Nosotros nos habremos hecho entonces espiritualmente débiles y flojos. ¡Dios no desea que esto suceda!

Sí, hermanos, sea que nos guste o no, este es el tipo de vida que nuestro amoroso Padre ha ordenado que nosotros debemos llevar. Son sólo aquellos que constantemente vencen quienes comprondrán el Reino de Dios (Apoc. 2, 3). Sólo aquellos que se ejercitan a sí mismos para asirse de la buena vida – para perseverar hasta el propio fin – serán salvados (Mat. 24: 13).

“Pero aquel que persevere hasta el fin, ése sera salvo.”

Nosotros vinimos a este mundo bajo terrible tensión y presión – bajo presión y angustia – y nosotros no naceremos de nuevo en el Reino de Dios a menos que y hasta que nosotros hayamos probado que nosotros podemos soportar las presiones y tensones de las pruebas de todos los días, tribulaciones, persecuciones y tentaciones de este mundo.

“Si algún hombre retrocede”

Pero, lamentablemente, algunos prefieren entregarse y dejarlo – volverse atrás! ¿Qué piensa Dios de esto claudicadores?

Si nosotros voluntariamente, deliberadamente pecamos contra Dios, nosotros nunca recibiremos perdón (Heb. 10: 25-31).

“Ahora el justo por la fe vivirá; pero si algún hombre RETROCEDE, mi alma no tendrá placer en él” (Heb. 10: 38).

Sí, algunos no están dispuestos a combatir realmente, a perseverar, a trabajar, a luchar y esforzrse para entrar en el Reino de Dios. Cristo mostró que nosotros debemos realmente esforzarnos si deseamos entrar en Su Reino.

“ESFORZÁOS [luchar y esforzarse] por entrar por la puerta estrecha: Pues muchos, yo os digo, buscarán entrar, y no podrán” (Lucas 13: 24).

Adicionalmente, Cristo reveló que son sólo aquellos que son fervientes en su deseo de entrar en el Reino de Dios los que están dispuestos a ser “violentos” consigo mismos – quienes realmente lo harán (Mat. 11: 12).

Los problemas son seguros, pero…

La verdad de todo el asunto es que nosotros vamos a tener pruebas y tribulaciones – sea que obedezcamos a Dios o no. Job declaró:

” Pero el hombre nace para el sufrimiento, así como las chispas vuelan hacia arriba.”

Sí, nosotros tendremos problemas sea que obedezcamos a Dios o no. Pero si nosotros le obedecemos a Él, Él nos dará la necesaria sabiduría y fortaleza para sobreponernos a todas nuestras pruebas y tentaciones (I Cor. 10: 13).

Dificultades, pruebas y persecuciones van a sobrevenir a todos los que viven una vida piadosa, correcta. Pero estas tribulaciones están todas diseñadas por un Creador amoroso para enseñarnos a ir a Dios diariamente – confiando completamente en Él para cada necesidad nuestra, incluyendo el librarnos de todas nuestras dolorosas pruebas.

Dios declara:

“Si desmayas en el día de la dificultad, también tu fuerza se reducirá.” (Prov. 24: 10).

Un Dios Creador amoroso, omnisapiente, ha diseñado deliberadamente la vida en una forma tal que incluye muchas pruebas y aflicciones. El Todopoderoso incluso encuentra Su forma de corregirnos y castigarnos – en amor – para que nosotros nos mantengamos en el camino estrecho correcto.

Sabiendo esto, ¿No deberíamos nosotros desear seriamente la corrección de Dios? ¡Usted necesita aprender a deserar – e incluso ORAR diariamente por el castigo de las manos de Dios!

“He aquí, feliz es el hombre a quien Dios corrige: Por lo tanto no desprecies el castigo del Todopoderoso” (Job 5: 17).

No olvide tampoco que Dios nos corrige para nuestro bien – porque Él nos ama y anhela compartir con nosotros la erencia eterna de co-propiedad y co-gobierno de todo el Universo.

¿Puede ver usted ahora claramente cómo las pruebas, tentaciones, presiones y dificultades han sido puestas aquí como una bendición disfrazada? Estas tribulaciones nos ayudan a nosotros a construir la case de carácter perfecto, divino, que nosotros necesitamos poseer a través de toda la eternidad.

¡Gracias a Dios por la bendición de estas pruebas! ¡Es a través de ellas que nosotros desarrollamos carácter divino!

Un minostro que fue asignado a tres áreas en las cuales yo viví acostumbraba enseñar que un diamante es un sucio trozo de carbón que sólo se desarrolló a causa de la presión.

Note también lo siguiente:

11 Ahora ningún castigo parece estar lleno de gozo para el presente, sino doloroso; no obstante, después él produce el apacible fruto de la justicia para aquellos que han sido cualificados por él. (Hebreos 12: 11)

Perseverar en las pruebas, frustaciones, y dificultades no es fácil – pero nosotros necesitamos hacer eso para ser lo mejor que nosotros podamos ser en el próximo Reino de Dios https://www.cogwriter.com/GospeloftheKingdomofGod.pdf.