¿Por qué la mayoría de los verdaderos cristianos no son fabulosamente ricos económicamente?

Hace años, había un artículo en la antigua revista Buenas Noticias de la antigua Iglesia de Dios Universal que tenía la pregunta “ ¿Por qué no millonarios? ”

Comenzó diciendo que Job hizo una pregunta muy antigua:

7 ¿Por qué los malvados viven y envejecen, y se hacen poderosos en poder? (Job 21:7)

Luego Job añadió algunos detalles más:

8 Su descendencia está establecida con ellos ante sus ojos, y sus descendientes ante sus ojos. 9 Sus casas están a salvo del temor, y la vara de Dios no está sobre ellos. (Job 21:8-9a)

13 Pasan sus días en la riqueza, y en un instante descienden a la tumba. 14 Sin embargo, dicen a Dios: «Apártate de nosotros, porque no deseamos conocer tus caminos. 15 ¿Quién es el Todopoderoso para que le sirvamos? ¿Y qué provecho obtenemos si le oramos?» 16 Ciertamente, su prosperidad no está en sus manos; (Job 21:13-16a)

El artículo menciona que Jeremías preguntó/se quejó de lo mismo:

1 Justo eres, oh Señor, cuando te imploro; pero déjame hablarte de tus juicios. ¿Por qué prospera el camino de los malvados? ¿Por qué son felices los que obran con traición? 2 Tú los has plantado, sí, han echado raíces; crecen, sí, dan fruto. Estás cerca en su boca, pero lejos de su mente.

3 Pero tú, oh Señor, me conoces; me has visto y has probado mi corazón para contigo. Sácalos como ovejas al matadero, y prepáralos para el día de la matanza. 4 ¿Hasta cuándo estará de luto la tierra, y se marchitarán las hierbas de todo el campo? Las bestias y las aves serán consumidas por la maldad de quienes allí habitan, porque dijeron: «No verá nuestro fin» (Jeremías 12:1-4).

No fueron los únicos que hablan de ello en la Biblia. Observe lo siguiente del Libro de los Salmos:

1 Ciertamente Dios es bueno con Israel, con los de limpio corazón. 2 Pero yo, casi tropezaron mis pies; casi resbalaron mis pasos. 3 Porque tuve envidia de los jactanciosos, al ver la prosperidad de los malvados.

4 Porque no hay angustia en su muerte, sino que su fuerza es firme. 5 No están en problemas como otros hombres, ni son afligidos como otros hombres. 6 Por eso, el orgullo les sirve de collar; la violencia los cubre como un manto. 7 Sus ojos se desbordan de abundancia; tienen más de lo que su corazón podría desear. 8 Se burlan y hablan con maldad de la opresión; hablan con altivez. 9 Ponen su boca contra el cielo, y su lengua recorre la tierra.

10 Por eso su pueblo regresa aquí, y se desbordan aguas de una copa llena. 11 Y dicen: “¿Cómo sabe Dios? ¿Y hay conocimiento en el Altísimo?” 12 He aquí, estos son los impíos, que siempre están tranquilos; acumulan riquezas. 13 Ciertamente he purificado mi corazón en vano, y lavado mis manos en inocencia. 14 Porque todo el día he sido azotado, y castigado cada mañana. (Salmo 73:1-14)

En el libro de Job, sus “tres amigos” creían que los justos siempre serían bendecidos y nunca sufrirían. Creían que los malvados siempre sufrirían y nunca recibirían nada bueno. Pero ¿es esto cierto?

Observe lo que Elifaz el temanita le dijo a Job:

20 El malvado se retuerce de dolor todos sus días, y el número de sus años está oculto al opresor. 21 Ruidos espantosos hay en sus oídos; en la prosperidad lo asalta el destructor. (Job 15:20-21)

Bueno, ciertamente esa no fue la observación de Job, Jeremías o el salmista.

Pero recuerde que Dios exige a su pueblo un estándar diferente. Y a diferencia de los demás, los cristianos están siendo juzgados en esta era:

17 o es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? (1 Pedro 4:17)

Algunos se han preguntado: “ ¿Por qué no debería todo el pueblo de Dios ser multimillonario o, de alguna otra manera, fabulosamente rico económicamente?”

El pueblo de Dios paga diezmos y ofrendas. Entonces, ¿por qué no deberían ser multimillonarios con más de lo que la gente podría desear?

¿No es eso consistente con declaraciones bíblicas como las que se encuentran en Malaquías 3?

Antes de continuar, veamos algunas de las preguntas y respuestas que el antiguo artículo de la revista Good News daba:

¿Por qué no son malditos hasta lo inimaginable todos los demás —los malvados— que retienen los diezmos de Dios? ¿Por qué no viven los demás pueblos del mundo en la miseria, la pobreza y la inmundicia? En cambio, vemos a millones de personas en Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países que han prosperado y gozan de buena situación económica. Viven en mansiones, castillos y entornos lujosos. ¿Por qué?

La respuesta se explica en Eclesiastés 8:12: «Aunque el pecador haga mal cien veces, y sus días se alarguen, con todo, yo sé que les irá bien a los que temen a Dios, a los que temen delante de él». Observe aquí que las personas pueden hacer el mal muchas veces y aun así prolongar sus días, su prosperidad y sus buenos momentos. Es decir, no siempre sufren un castigo drástico de inmediato.

¿Qué pasaría?

¿Qué pasaría si Dios bendijera a todo su pueblo de forma fantástica? ¿Si maldijera a quienes no diezmaban hasta vivir en la miseria, la pobreza y la inmundicia? Supongamos que esto sucediera y veamos cuál sería el resultado.

Conduces tu flamante Cadillac hacia tu espaciosa y lujosa casa. Los grifos del lavabo están revestidos de oro. Las mejores alfombras persas cubren los firmes suelos de toda la casa. Tus decoraciones son fabulosas. Las lámparas de araña, deslumbrantes. Vives en un amplio terreno con hermosos árboles y césped verde salpicado de fragantes flores. En un extremo tienes un jardín. Tu jardín está repleto de productos. Tomates grandes cuelgan de las plantas.

Sales, miras tu jardín, sonríes con amabilidad y vuelves a entrar. Notas que el jardín de tu vecino no está bien. Su casa está abandonada, destartalada. Sus hijos viven en la miseria y la suciedad. Su jardín está marchito, ajado. La maleza crece por todo su césped. Miras por encima de la cerca y apenas puedes creer lo que ves. Tienes las bendiciones de Dios y él las maldiciones.

Un día, al otro lado de la cerca, te pregunta por qué disfrutas de todas estas maravillosas bendiciones financieras. Te pregunta por qué él y su familia tienen que vivir en tal miseria. Quiere saber tu secreto.

Le dices que no hay ningún secreto. Le explicas la ley financiera de Dios sobre el diezmo. Le dices que envíe el diez por ciento de sus ganancias a la Sede de Dios para la Obra de Dios. Al principio se muestra escéptico. Pero lo animas.

Finalmente cede y, de mala gana, acepta intentar pagar el diezmo.

Un mes después, notas una diferencia increíble. Sus cultivos crecen y dan fruto. Lo ves comprar electrodomésticos nuevos y reparar su casa. Sus hijos visten mejor. Pronto remodela toda la casa y construye habitaciones adicionales. Te das cuenta de que él también ha recibido las grandes bendiciones de Dios. Ahora, ambos contrastan marcadamente con el resto de los vecinos.

Bueno, hermanos, ya ven lo que pasaría. Todos en el vecindario preguntarían. Pronto todos querrían diezmar.

¿Por qué? ¿Porque creen en la Ley de Dios?

¡No! ¡PORQUE QUIEREN PROSPERIDAD ECONÓMICA! Lo harían por egoísmo. Si este incidente fuera cierto, el mundo entero diezmaría.

Pero Dios quiere gente que realmente crea. ¡Dios quiere que sepamos que su camino es correcto! Debemos desear el camino de Dios más que cualquier otra cosa. Y debemos perseverar en él sin importar las circunstancias físicas que nos rodeen.

Ahora, observen Eclesiastés 8:14: «Hay una vanidad que se hace en la tierra: que hay justos a quienes les sucede lo mismo que a los malvados, y también hay malvados a quienes les sucede lo mismo que a los justos. Dije que esto también es vanidad».

Tenga en cuenta que no todos reciben una recompensa inmediata por su rectitud. Dios primero quiere saber que realmente creemos en su camino. Que permaneceremos justos a pesar de las calamidades, las pruebas y las dificultades. (Antion D. ¿Por qué sufren los hombres buenos? Buenas Noticias, septiembre-octubre de 1968)

Pero es más que eso.

La mayoría de las personas no podrían soportar espiritualmente ser multimillonarias. Sabemos que muchos de los que ganan los sorteos más importantes de la lotería suelen ser infelices y, de hecho, desearían no haber ganado nunca (ver ¿La “maldición” de ganar la lotería? ).

Ahora veamos Malaquías 3:

8 ¿Robará el hombre a Dios? ¡Pues ustedes me han robado! Y dicen: “¿En qué te hemos robado?” En los diezmos y las ofrendas. 9 Malditos sean con maldición, porque me han robado, la nación entera. 10 Traigan todos los diezmos al alfolí para que haya alimento en mi casa, y pruébenme ahora en esto —dice el Señor de los ejércitos—, si no les abriré las ventanas de los cielos y derramaré sobre ustedes tal bendición que sobreabunde. (Malaquías 3:8-10)

Las personas que se amargan contra el diezmo tenderán a decir algo en el sentido de que diezmaron y no fueron bendecidos financieramente por hacerlo.

A veces son bendiciones espirituales las que Dios derrama, y ​​eso requiere fe.

No haría falta tener fe en que Dios sabe lo que es mejor para alguien, si cada persona se convirtiera en el equivalente a un multimillonario aproximadamente un año después de comenzar a diezmar.

Además, los cristianos deben considerar que muchos no necesariamente pueden manejar grandes cantidades de riqueza en esta era.

Consideremos lo siguiente de Agur en el Libro de Proverbios:

8 Aleja de mí la falsedad y la mentira;
no me des pobreza ni riquezas;
aliméntame con lo que me corresponde;
9 no sea que, saciado, te niegue,
y diga: “¿Quién es el Señor?”,
o que, siendo pobre, robe,
y profane el nombre de mi Dios. (Proverbios 30:8-9)

Dios tuvo que advertir a los hijos de Israel sobre las riquezas:

11 Cuídate de no olvidarte del Señor tu Dios, dejando de cumplir sus mandamientos, sus juicios y sus estatutos que yo te ordeno hoy. 12 No sea que, cuando hayas comido y te hayas saciado, hayas construido hermosas casas y las habites, 13 y tus vacas y tus ovejas se multipliquen, y tu plata y tu oro se multipliquen, y todo lo que tengas se multiplique… 17 entonces digas en tu corazón: «Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza». (Deuteronomio 8:11-13,17)

NO es que la riqueza sea mala.

Dios es rico. Personas como Noé, Job, Abraham, Isaac, Jacob y David eran ricas. Pero, al parecer, Dios creyó que podían con eso.

Pero no todos pueden.

Salomón tuvo problemas que su riqueza le permitió afrontar (cf. 1 Reyes 11:1-4). Pero en su vejez fue lo suficientemente sabio como para observar:

10 El que ama el dinero no se saciará de dinero;
ni el que ama la abundancia, de ganancias.
Esto también es vanidad.

11 Cuando aumentan los bienes,
aumentan los que los comen;
¿qué provecho tienen, pues, sus dueños,
sino verlos con sus ojos? (Eclesiastés 5:10-11)

13 Hay un grave mal que he visto bajo el sol:
riquezas guardadas para su dueño, para su propio mal. (Eclesiastés 5:13)

24 Porque las riquezas no son para siempre, … (Proverbios 27:24)

Muchos ganadores de lotería pueden dar fe de estas cosas.

En lo que respecta a los cristianos, consideremos que el Nuevo Testamento enseña:

13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que juntamente con la tentación dará también la salida, para que podáis soportarla. (1 Corintios 10:13)

Hay numerosas razones por las que sólo unos pocos cristianos son multimillonarios.

Uno de los puntos que escribió Santiago es que la motivación de muchos es errónea:

2 Codiciáis, y no tenéis. Matáis, ambicionáis, y no podéis obtener. Lucháis y lucháis. Sin embargo, no tenéis, porque no pedís. 3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros placeres. (Santiago 4:2-3)

¡ Vamos, ricos! Lloren y aúllen por las miserias que les sobrevienen . Sus riquezas están corrompidas y sus vestidos carcomidos por la polilla. Su oro y su plata están corroídos, y su corrosión será un testimonio contra ustedes y consumirá sus carnes como fuego. Han acumulado tesoros en los últimos días. (Santiago 5:1-3)

Sí, muchos se dirán a sí mismos que quieren más para dar más, y es de esperar que así sea, pero Santiago estaba indicando que el egoísmo estaba detrás de por qué muchos quieren riqueza.

Salomón también escribió:

4 Las riquezas no aprovechan en el día de la ira, pero la justicia libra de la muerte. (Proverbios 11:4)

28 El que confía en sus riquezas caerá, pero los justos florecerán como el follaje. (Proverbios 11:28)

Así pues, la justicia es lo que los cristianos deben esforzarse por alcanzar (cf. Salmo 119:172; para más información sobre la justicia, consulte el libro gratuito en línea: Los Diez Mandamientos: El Decálogo, el Cristianismo y la Bestia ).

Volviendo al Nuevo Testamento, vemos que Santiago también escribió:

9 Que el hermano humilde se gloríe en su exaltación, 10 pero el rico en su humillación, porque como flor del campo, él pasará. 11 Porque apenas sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca; su flor se cae y su hermosa apariencia perece. Así también el rico se marchitará en sus negocios. (Santiago 1:9-11)

He visto a través de los años que las personas ricas de la antigua Iglesia de Dios Universal tenían problemas.

Veamos algo que el apóstol Pablo le escribió a Timoteo:

6 Ahora bien, la piedad con contentamiento es gran ganancia. 7 Porque nada trajimos a este mundo, y ciertamente nada podremos llevarnos. 8 Y teniendo sustento y abrigo, con esto estaremos contentos. 9 Pero los que desean enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañinas que hunden a los hombres en destrucción y perdición. 10 Porque el amor al dinero es raíz de toda clase de males, por el cual algunos, en su avaricia, se han extraviado de la fe y se han atormentado con muchos dolores. (1 Timoteo 6:6-10)

Entonces, una gran razón por la que la mayoría de los cristianos no son multimillonarios es porque un fuerte deseo de riqueza ha alejado a la gente de la fe.

Además, la gente tiende a confiar en las riquezas. A continuación, veamos con más detalle lo que Pablo le escribió a Timoteo:

17 A los ricos de este siglo, mándales que no sean altivos ni pongan su confianza en las riquezas inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. 18 Que hagan el bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos y dispuestos a compartir, 19 atesorando para sí un buen fundamento para lo por venir, para que puedan echar mano de la vida eterna. (1 Timoteo 6:17-19)

Jesús advirtió sobre aquellos que confiaban en las riquezas:

24 ¡Hijos, qué difícil es para quienes confían en las riquezas entrar en el reino de Dios! 25 Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que que un rico entre en el reino de Dios. (Marcos 10:24-25)

Confiar en las riquezas puede ser un impedimento para la fe.

En una transmisión radial, el difunto Pastor General de la antigua Iglesia de Dios Universal, Herbert W. Armstrong, dijo:

Y si te falta sabiduría para saber, dice Dios, pídele y Él te dará sabiduría y abrirá tu mente para ver si te arrojas a Su misericordia y vienes a Él y si estarás dispuesto cuando Él abra la Verdad a tu mente.

¡Oh, que los hombres alabaran al ETERNO por su bondad y por sus maravillosas obras para con los hijos de los hombres! {Salmo 107:8} ¿Suena eso como el supuesto Dios del Antiguo Testamento, tan duro, cruel e injusto que quiere hacerte sufrir? Estaba leyendo eso del Antiguo Testamento; ese es el Dios del Antiguo Testamento. Sí, oh, que los hombres lo alabaran por su bondad y su misericordia para con los hijos de los hombres.

Bueno, ¿por qué no tienen fe? Si tuvieran fe, amigos míos, podrían librarse de estos miedos y preocupaciones; podrían encontrar la solución a todos sus problemas.

Escucha, si fueras multimillonario y pudieras comprar algo, alguien podría venir y venderte algo, una póliza o algo, quizás algún tipo de servicio, para que en cada problema que tuvieras, sin importar cuál, simplemente se te mostrara la salida. En cualquier problema en el que te metieras, vendría una fuerza y ​​un poder humano que te liberaría y te sacaría de allí. Habría una gran organización que vendría en tu ayuda, con miles de millones de dólares y el poder, haría lo que fuera necesario, gastaría la cantidad de dinero necesaria para salvarte. Si estás enfermo, bueno, tienen suficiente dinero para tener a los mejores especialistas y el mejor tratamiento y todo, tan buenos especialistas como nunca has oído hablar, y te sacarían de toda tu enfermedad y problemas casi tan rápido como puedas llamarlos. ¿Cuánto pagarías si fueras multimillonario si pudieras recibir ese tipo de servicio para que, sin importar lo que hicieras, tuvieras la guía para hacer lo correcto, y cuando surgieran problemas de cualquier tipo o algo fuera de tu control, fueras liberado y tuvieras toda la fuerza y ​​el poder? ¿Sabes que puedes tener eso? Dios ofrece eso a todo aquel que venga a Él, le obedezca y confíe en Él, que viva conforme a su Palabra, que lo busque en la Biblia, que es Su Palabra, que viva conforme a su Palabra y que realmente le obedezca y confíe en Él, porque cuando obedeces a Dios solo haces lo que te lleva a esa condición. Eso es lo que hará feliz a Dios. Dios se alegra cuando nos ve felices. Le encanta hacernos felices.

Escuchen, muchos de ustedes ni siquiera saben qué es la fe. ¿Qué es la fe, en realidad? ¿Y por qué no tienen suficiente fe? ¿Por qué no reciben respuesta a sus oraciones cuando oran? ¿Por qué oran una y otra vez, pero parece que Dios no responde? ¿Saben por qué? ¿Por qué no nos escriben para recibir nuestro folleto… (Armstrong HW. ¿Por qué guerras y sufrimiento? Fecha de emisión: 14 de junio de 1979)

Si bien no puede escribir para solicitar el antiguo folleto de fe de WCG, nuestro folleto sobre la fe está disponible de forma gratuita en línea: Fe para aquellos que Dios ha llamado y elegido .

El apóstol Juan escribió:

2 Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. (3 Juan 2)

Y Dios quiere que prosperemos y tengamos salud, pero lo que es más importante, su prosperidad espiritual es Su objetivo principal.

Consideremos que el Nuevo Testamento muestra que Pedro, y muy probablemente Juan, no tenían riquezas:

2 Y un hombre, cojo de nacimiento, era llevado, y lo ponían cada día a la puerta del templo llamado la Hermosa, para pedir limosna a los que entraban. 3 Este, al ver a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les pidió limosna. 4 Y Pedro, fijando la mirada en él, con Juan, dijo: «Míranos». 5 Así que les prestó atención, esperando recibir algo de ellos. 6 Entonces Pedro dijo: «No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda». (Hechos 3:2-6)

Consideremos también que incluso el apóstol Pablo tuvo problemas de salud para asegurarse de no ser descarrilado del Reino de Dios:

7 Y para que la abundancia de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en la carne, un mensajero de Satanás que me abofetea, para que no me enaltezca desmedidamente. 8 Respecto a esto, tres veces le rogué al Señor que lo apartara de mí. 9 Y él me dijo: «Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí. (2 Corintios 12:7-9)

Pablo tenía fe, pero Dios entendía lo que era mejor para él.

El apóstol Pablo también escribió:

28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. (Romanos 8:28)

No es bueno que todos los cristianos sean multimillonarios.

Además, considere que el apóstol Pablo escribió:

6 El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo; (Filipenses 1:6)

Si tener riquezas ayuda, Dios la proveerá.

De todos modos, la razón básica por la que no todos los cristianos fieles que pagan el diezmo son multimillonarios es porque no les conviene.

La Continuación de la Iglesia de Dios también tiene este sermoncito relacionado de su canal ContinuingCOG :

23:36

¿Por qué no todos los cristianos son multimillonarios?

En Malaquías 3, Dios promete grandes bendiciones para quienes diezman y dan ofrendas. Entonces, ¿por qué no son multimillonarios todos los verdaderos cristianos que lo hacen? ¿Se preguntaron Job y Jeremías por qué algunos malvados prosperaban? ¿Tenía el apóstol Pedro mucha plata u oro? ¿Son los ganadores de grandes premios de lotería más felices que antes de ganar? ¿Qué sucedería si Dios otorgara una prosperidad financiera masiva a quienes diezman? ¿Tiene algo que ver la fe con esto? ¿Se beneficiarían todos los verdaderos cristianos de grandes cantidades de riqueza monetaria? ¿Quiere Dios que los cristianos prosperen y gocen de salud? De ser así, ¿por qué existen problemas financieros y de salud? ¿Es el amor al dinero la raíz de algún mal? ¿Qué espera Dios de ti? ¿Son algunas bendiciones espirituales? El Dr. Thiel responde a estas preguntas.

Aquí hay un enlace al sermoncito relacionado: ¿Por qué no son todos los cristianos multimillonarios?