Fumar, beber, y Fe
COGwriter
¿Acaso los cristianos tienen un problema con fumar y beber? Algunos lo tienen.
Note también lo siguiente de alguien en la Continuación de la Iglesia de Dios que él tituló Un toque de fe:
Yo tengo un inusual aspecto de fe por el cual pasé. Yo soy un fumador y alcohólico en recuperación. Cuando yo primero me hice un miembro de la WCG en 1982 (pienso yo), yo fumaba y bebía. Yo sabía que yo no podía continuar en la Iglesia sin arrepentirme y por lo tanto dejar eso. Yo oraba a dios respecto de fumar (beber no era tan malo en esos días) y a través de Su Palabra, dejé de hacerlo. Después de la apostasía (algún tiempo en el final de los 90’s, pienso yo), yo comencé a fumar de nuevo y el beber se hizo completamente severo. Yo añoraba los días cuando Dios estaba en mi vida (yo sé que yo fui el que lo dejó) cuando un amigo mío con sentimientos similares encontró la CCOG. Nosotros inmediatamente sentimos que Dios dijo, “OK, aquí van ustedes. Miren y encuentren”.
El problema era que yo estaba de nuevo fumando y bebiendo y sabía que no podía continuar con esos hábitos. Yo estaba realmente temeroso de orar a Dios para dejar de fumar y de beber porque yo SABÍA QUE ÉL LO HARÍA! Yo estaba asustado hasta la muerte de seguir sin tabaco. El pensamiento de tener que tratar con la irritabilidad asociada con dejarlo hasta que mi cuerpo estuviera funcionando normalmente era más de aquello con lo que yo quería tratar. El pensamiento de sudores por la noche y nervios crispados hasta que mi cuerpo se ajustara a [un nivel de] no alcohol era realmente aterrador. Estos sentimientos eran reales y ellos me impedían volverme a Dios. Yo trataba de dejar de fumar por mí mismo, cada minuto era una ordalía. Yo trataba de beber por mí mismo, yo me estaba mojando con el sudor por la noche y mis piernas gritaban con “inquietud”. Yo duraba un par de días como máximo cada vez que yo trataba. Ello siempre reforzaba mi temor de orar a Dios por ayuda porque yo sabía que Él me ayudaría y que yo tendría que pasar a través del suplicio que acabo de describir. Yo me mantenía aplazando el dejarlo a causa del temor.
Yo estaba tan molesto por mi comportamiento y sabía que yo no podía continuar en la forma como me estaba comportando hasta que finalmente le pedí a Dios que me hiciera dejarlo. Él lo hizo, justo como yo sabía que Él lo haría. Yo arrojé mi carga sobre Cristo y dije “aquí está lo tuyo”. Ahora yo esperé por la irritabilidad de no [tener] cigarros y las temidas noches de sudor. Ellas nunca llegaron.
En mi temor yo olvidé cuán misericordioso es Dios. Yo le doy las gracias a Él hora por hora por pararme a mí de fumar y de beber. Yo uso esta experiencia para tratar de dejar ir mis temores en otras áreas y permitir que la gracia de Dios incremente mi fe.
Los cristianos pueden pedir a Dios ayuda para dejar de fumar. Los cristianos necesitan tener fe en Dios. Dios quiere que la gente cambie/se arrepienta (Hechos 17: 30) –lo que significa que, a pesar de sus dificultades eso se puede hacer (cf. 1 Corintios 10: 13). Mientras más pronto comience uno mejor será.
El último folleto gratis de la Continuación de la Iglesia de Dios está disponible en línea y se titula Fe para aquellos que Dios ha llamado y escogido.