La Voz del Pastor: La Iglesia de Dios necesita más profetas
Elías en el desierto
COGwriter
La última edición de La Voz del Pastor, publicada por la Iglesia de Dios de Chicagoland llegó por correo no hace muchas horas (ella tiende a llegar meses después de la fecha en que sale). El artículo de la cubierta fue titulado Se necesitan más profetas que profecía y fue escrito por Norman Edwards. Después de leerlo todo, yo llamé a Norman Edwards y le pedí permiso para enviar por correo el artículo en su totalidad (a causa de potenciales problemas de copyright, yo raramente envío por correo artículos en su totalidad a menos que me haya sido dado/sugerido el permiso). Así, lo siguiente es de un archivo que Norman Edwards me envió por correo electrónico a mí:
Se necesitan más profetas que profecía
Por Norman Scott Edwards, Revista La Voz del Pastor, Otoño 2013
Este escritor todavía puede recordar la excitación que sintió cuando escuchó primero a un pastor explicar que la Biblia era un libro profético, y nosotros podíamos entender los eventos de nuestro tiempo con anticipación leyéndola. El predicador explicó que las profecías de la Biblia eran complicadas y a menudo simbólicas. Él también dijo que era necesario un buen conocimiento de la historia del mundo para distinguir apropiadamente las profecías cumplidas de las que eran para el futuro. Esta tarea obviamente excedía la capacidad de los cristianos incipientes, así que yo tuve que conseguir un folleto sobre este tema. Y también muchos otros han tenido una experiencia similar, y estuvieron emocionados de ver en el libro, video o seminario en donde los futuros eventos de la profecía eran todos explicados para ellos.
Este primer encuentro es generalmente el más excitante –porque uno siente que uno realmente no sabe exactamente lo que va a suceder. Pero si uno lee más ampliamente, y ve cómo están disponibles muchas interpretaciones proféticas que están en conflicto, y ve cuántas interpretaciones de esas han fallado por siglos, la excitación se acaba.
La aproximación de algunos es ignorar la profecía de la Biblia completamente. Pero el libro profético de Apocalipsis pronuncia una bendición sobre aquellos que lo lean (Apocalipsis 1: 3), y Cristo nos pidió vivir por “toda palabras de Dios” (Lucas 4: 4). Así ¿Por qué deberíamos nosotros leer la profecía de la Biblia si nosotros no podemos juntarla y establecer todo lo que ella significa? Porque la profecía nos da a nosotros un claro entendimiento de que Dios juzgará al mundo a través de Cristo (Romanos 2: 16; 2 Tim. 4: 1), y la buena voluntad será recompensada y el mal será castigado. Ella muestra cómo piensa Dios, cómo obra y cómo juzga. Cuando nosotros necesitemos saber lo que está a punto de ocurrir, Dios nos mostrará a nosotros a través de revelación directa y a través de las Escrituras correctas en el tiempo correcto.
Seguramente el Señor DIOS no hace nada, sin que Él revele Sus secretos a Sus siervos los profetas (Amós 3: 7).
Todo el Nuevo Testamento es como esto. No hay largas exposiciones o mapas de la profecía del Antiguo Testamento que expliquen cómo se ajustan todas ellas. Más bien hay numerosas referencias a pocos versículos mostrando cómo se aplican ellos a situaciones específicas según ha sido revelado por el Espíritu Santo. La enseñanza del Nuevo Testamento de que Dios continúa obrando a través de los profetas en la Iglesia es abrumadora. Unos pocos versículos, tales como el comienzo de Hebreos 1: 1-2, ha hecho que algunos creyentes piensen que ya no hay más profetas:
1 Muchas veces y en muchas maneras habló Dios en otro tiempo a nuestros padres por ministerio de los profetas;” 2 últimamente, en estos días, nos habló por su Hijo, a quien constituyó heredero de todo, por quien también hizo el mundo;” (Heb 1: 1-2).
Pero estos versículos simplemente afirman exactamente la grandeza de la enseñanza de Cristo comparada con la de aquellos profetas. Las correctas enseñanzas de Cristo y palabras de vida eterna son mucho más importantes que saber que el reino surgirá o será derrotado. Cristo es “heredero de todas las cosas” y nosotros ciertamente podemos ser “herederos conjuntos” con Él (Rom 8: 17). Estos versículos no contradicen las numerosas otras afirmaciones del Nuevo Testamento que nos dicen acerca de profetas cristianos, sus profecías y la necesidad de profecías en curso en la Iglesia.
Si usted está inseguro acerca de esto, por favor lea las siguientes escrituras para remover toda duda! Muchos grupos religiosos tienen doctrinas basadas sobre sólo uno o pocos versículos en la Biblia. Hay más de 40 pasajes separados acerca de profetas y sus profecías en el Nuevo Testamento –tantas que uno podría fácilmente cansarse de leerlas! Nosotros hemos dejado por fuera versículos acerca de los profetas del Antiguo Testamento y falsos profetas del Nuevo Testamento para mantener la lista más corta. Si nosotros queremos que Dios nos muestre lo que sucederá en el futuro, nosotros necesitamos “desear seriamente profetizar” (1 Cor 14: 39). Es una enseñanza del Nuevo Testamento que nosotros no debemos ignorar!
Juan 16: 13 “13 pero cuando viniere aquél, el Espíritu de verdad, os guiará hacia la verdad completa, porque no hablará de sí mismo, sino que hablará lo que oyere y os comunicará las cosas venideras.
Hechos 2: 15-18 “15 No están éstos borrachos, como vosotros suponéis, pues no es aún la hora de tercia;” 16 esto es lo dicho por el profeta Joel: 17 “Y sucederá en los últimos días, dice Dios, que derramaré mi Espíritu sobre toda carne, | y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas, | y vuestros jóvenes verán visiones, | y vuestros ancianos soñarán sueños;” 18 Y sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días | y profetizarán.
Hechos 8: 29 “Dijo el Espíritu a Felipe: Acércate y llégate a ese coche.
Hechos 9: 10-12 ” 10 Había en Damasco un discípulo, de nombre Ananías, a quien dijo el Señor en visión: ¡Ananías! El contestó: Heme aquí, Señor. 11 Y el Señor a él: Levántate y vete a la calle llamada Recta, y busca en casa de Judas a Saulo de Tarso, que está orando;” 12 y vio en visión a un hombre llamado Ananías, que entraba y le imponía las manos para que recobrase la vista.
Hechos 10: 1-3 ” 1 Había en Cesárea un hombre llamado Cornelio, centurión de la cohorte denominada Itálica;” 2 piadoso, temeroso de Dios con toda su casa, que hacía muchas limosnas al pueblo y oraba a Dios continuamente. 3 Este, como a la hora de nona, vio claramente en visión a un ángel de Dios, que acercándose a él le decía: Cornelio.
Hechos 10: 10-20 “10 Sintió hambre y deseó comer; y mientras preparaban la comida le sobrevino un éxtasis.” 11 Vio el cielo abierto, y que bajaba algo como un mantel grande, sostenido por las cuatro puntas, y que descendía sobre la tierra. 12 En él había todo género de cuadrúpedos, reptiles de la tierra y aves del cielo. 13 Oyó una voz que le decía: Levántate, Pedro, mata y come. 14 Dijo Pedro: De ninguna manera, Señor, que jamás he comido cosa alguna impura. 15 De nuevo le dijo la voz: Lo que Dios ha purificado, no lo llames tú impuro. 16 Sucedió esto por tres veces, y luego el lienzo fue recogido al cielo. 17 Estaba Pedro dudoso y pensativo sobre lo que sería aquella visión que había tenido, cuando los hombres enviados por Cornelio llegaron a la puerta, preguntando por la casa de Simón;” 18 y llamando, preguntaron si se hospedaba allí cierto Simón llamado Pedro. 19 Meditando Pedro sobre la visión, le dijo el Espíritu: 20 Ahí están unos hombres que te buscan. Levántate, pues, baja y vete con ellos sin vacilar, porque los he enviado yo.
El anterior par de visiones proféticas fue tan importante, que su relato es completamente retomado en Hechos 11: 4-14.
Hechos 11: 27-29 “27 Por aquellos días bajaron de Jerusalén a Antioquía profetas, 28 y levantándose uno de ellos, por nombre Agabo, vaticinaba por el Espíritu una grande hambre que había de venir sobre toda la tierra, y que vino bajo Claudio. 29 Los discípulos resolvieron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea,
Hechos 12: 8-9 “8 El ángel añadió: Cíñete y cálzate tus sandalias. Hízolo así. Y agregó: Envuélvete en tu manto y sigúe Mc. 9 Y salió en pos de él. No sabía Pedro si era realidad lo que el ángel hacía; más bien le parecía que fuese una visión.”
Hechos 13: 1 “1 Había en la iglesia de Antioquía profetas y doctores: Bernabé, Simeón, llamado Niger, y Lucio de Cirene; Manahem, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo.”
Hechos 15: 32 “32 Judas y Silas, que también eran profetas, con muchos discursos exhortaron a los hermanos y los confirmaron.
Hechos 16: 9-10 “9 Por la noche tuvo Pablo una visión. Un varón macedonio se le puso delante y, rogándole, decía: Pasa a Macedonia y ayúdanos. 10 Luego que vio la visión, al instante buscamos cómo pasar a Macedonia, seguros de que Dios nos llamaba para evangelizarlos.
Hechos 18: 9-10 “8 Crispo, jefe de la sinagoga, con toda su casa, creyó en el Señor; y muchos corintios, oyendo la palabra, creían y se bautizaban.” 9 Por la noche dijo el Señor a Pablo en una visión: No temas, sino habla y no calles;”
Hechos 19: 5-7 “5 Al oír esto, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús. 6 E imponiéndoles Pablo las manos, descendió sobre ellos el Espíritu Santo, y hablaban lenguas y profetizaban. 7 Eran unos doce hombres.
Hechos 20: 23 “23 sino que en todas las ciudades el Espíritu Santo me advierte, diciendo que me esperan cadenas y tribulaciones.
Hechos 21: 8-9 “8 Al día siguiente salimos; llegamos a Cesárea, y entrando en casa de Felipe, el evangelista, que era uno de los siete, nos quedamos con él.” 9 Tenía éste cuatro hijas vírgenes que profetizaban.
Romanos 12: 4-6 “4 Pues a la manera que en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, y todos los miembros no tienen la misma función, 5 así nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, pero cada miembro está al servicio de los otros miembros. 6 Pues tenemos dones diferentes, según la gracia que nos fue dada: ya sea la profecía, según la medida de la fe;”
1 Cor 11: 4-5 “4 Todo varón que ora o profetiza velada la cabeza, deshonra su cabeza. 5 Y toda mujer que ora o profetiza descubierta la cabeza, deshonra su cabeza; es como si se rapara.”
1 Cor 12: 7-10 “7 Y a cada uno se le otorga la manifestación del Espíritu para común utilidad. 8 A uno le es dada por el Espíritu la palabra de sabiduría; a otro la palabra de ciencia, según el mismo Espíritu;” 9 a otro fe en el mismo Espíritu; a otro don de curaciones en el mismo Espíritu;” 10 a otro operaciones de milagros; a otro profecía, a otro discreción de espíritus, a otro géneros de lenguas, a otro interpretación de lenguas.”
1 Cor 12: 28-29 “28 según la disposición de Dios en la Iglesia: primero apóstoles, luego profetas, luego doctores, luego el poder de milagros, después las gracias de curación, de asistencia, de gobierno, los géneros de lenguas. 29 ¿Son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos doctores? ¿Tienen todos el poder de hacer milagros?
1 Cor 13: 2 “2 Y si teniendo el don de profecía, y conociendo los misterios todos, y toda la ciencia, y tanta fe que trasladase los montes, no tengo caridad, no soy nada.
1 Cor 14: 1, 3-6 “1 Esforzaos por alcanzar la caridad, aspirad a los dones espirituales, sobre todo al de profecía;” 3 mas el que profetiza habla a los hombres para su edificación, exhortación y consolación. 4 El que habla en lenguas se edifica a sí mismo; el que profetiza edifica a la Iglesia.” 5 Yo veo muy bien que todos vosotros habléis en lenguas, pero mejor que profeticéis; pues mejor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a menos que también interprete para que la Iglesia reciba edificación.” 6 Ahora bien, hermanos, si yo fuere a vosotros hablando en lenguas, ¿qué os aprovecharía, si no os hablase con revelación o con ciencia o con profecía o con doctrina?
1 Cor 14: 22 “22 De suerte que las lenguas son señal no para los creyentes, sino para los incrédulos, mientras que la profecía no es para los infieles, sino para los creyentes.
1 Cor 14: 26 “26 ¿Qué, pues, decir, hermanos? Que cuando os juntéis, tenga cada uno su salmo, tenga su instrucción, tenga su revelación, tenga su discurso en lenguas, tenga su interpretación, pero que todo sea para edificación.
1 Cor 14: 29-32 “29 Cuanto a los profetas, que hablen dos o tres, y los otros juzguen. 30 Y si hablando uno, otro que está sentado tuviere una revelación, cállese el primero, 31 porque uno a uno podéis profetizar todos, a fin de que todos aprendan y todos sean exhortados. 32 El espíritu de los profetas está sometido a los profetas,
1 Cor 14: 37-39 “37 Si alguno cree ser profeta o estar dotado de algún carisma, reconocerá que esto que os escribo es precepto del Señor. 38 Si alguno lo desconoce, será él desconocido. 39 Así que, hermanos míos, aspirad al don de profecía y no estorbéis hablar en lenguas;”
2 Cor 12: 1-2, 7 “1 Si es menester gloriarse, aunque no conviene, vendré a las visiones y revelaciones del Señor. 2 Sé de un hombre en Cristo que hace catorce años — si en el cuerpo no lo sé, si fuera del cuerpo tampoco lo sé, Dios lo sabe — fue arrebatado hasta el tercer cielo;” 7 a causa de la alteza, de mis revelaciones. Por lo cual, para que yo no me engría, fue me dada una espina en la carne, un emisario de Satanás, que me abofetea, para que no me engría.
Gal 1: 12 “12 pues yo no lo recibí o aprendí de los hombres, sino por revelación de Jesucristo.
Efe 1: 17 “17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo y Padre de la gloria os conceda espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de El,
Efe 2: 19-20 “19 Por tanto, ya no sois extranjeros y huéspedes, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, 20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas, siendo piedra angular el mismo Cristo Jesús,
Efe 3: 3-5 “3 cuando por revelación me fue dado a conocer el misterio que brevemente arriba os dejo expuesto. 4 Por su lectura podéis conocer mi inteligencia del misterio de Cristo, que 5 no fue dado a conocer a las generaciones pasadas, a los hijos de los hombres, como ahora ha sido revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu:
Efe 4: 11 “11 conforme al plan eterno que El ha realizado en Cristo Jesús, nuestro Señor,
1 Tes 5: 19-21 “19 No apaguéis al Espíritu, 20 no despreciéis las profecías;” 21 pero examinadlo todo y quedaos con lo bueno. 22 Absteneos hasta de la apariencia de mal.
1 Tim 1: 18 “18 Este es el requerimiento que yo te confío, hijo mío Timoteo, conforme a las profecías de ti hechas anteriomente, a fin de que, puestos en ellas los ojos, sostengas el buen combate
1 Tim 4: 14 “14 No descuides la gracia que posees, que te fue conferida, mediante profecía, con imposición de las manos del colegio de los presbíteros.
2 Tim 3: 1-2, 5 “1 Has de saber que en los últimos días sobrevendrán tiempos difíciles, 2 porque habrá hombres egoístas, avaros, altivos, orgullosos, maldicientes, rebeldes a los padres, ingratos, impíos,… 5 que con una apariencia de piedad están en realidad lejos de ella” Guárdate de ésos,
¿Tiene la gente hoy fe de que Dios puede profetizar a través de la gente en las congregaciones?
1 Juan 4: 1-2 “1 Carísimos, no creáis a cualquier espíritu, sino examinad los espíritus si son de Dios, porque muchos seudoprofetas se han levantado en el mundo. 2 Podéis conocer el espíritu de Dios por esto: todo espíritu que confiese que Jesucristo ha venido en carne es de Dios;”
Nota: Si no hubiera verdaderos profetas, no habría ninguna necesidad de “probar los espíritus” –porque todo profeta sería un “falso profeta”. Pero porque hay tanto verdaderos profetas como falsos profetas, nosotros necesitamos “probar los espíritus”.
Apoc 1: 1-3 “1 Apocalipsis [Revelación] de Jesucristo, que, para instruir a sus siervos sobre las cosas que han de suceder pronto, ha dado Dios a conocer por su ángel a su siervo Juan, 2 el cual da testimonio de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo, de todo lo que él ha visto. 3 Bienaventurado el que lee, y los que escuchan las palabras de esta profecía, y los que observan las cosas en ella escritas, pues el tiempo está próximo.
El último libro de la Biblia es una profecía inspirada por Cristo, dada al apóstol y profeta llamado Juan.
Apoc 10: 7 “7 sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él suene la trompeta, se cumplirá el misterio de Dios, como El lo anunció a sus siervos los profetas.
No hay ninguna profecía del Antiguo Testamento acerca de un “séptimo ángel” y muy poco acerca de un “misterio de Dios”.
Apoc 10: 10-11 “10 Tomé el librito de mano del ángel, y me puse a comerlo, y era en mi boca como miel dulce; pero cuando lo hube comido sentí amargadas mis entrañas.” 11 Me dijeron: Es preciso que de nuevo profetices a los pueblos, a las naciones, a las lenguas y a los reyes numerosos.
Aquí un ángel está ordenando a Juan (o algún cumplimiento de él del tiempo del fin) que profetice. Ello no dice lo que él ha de profetizar, pero ello será dado a los profetas cuando ellos lo necesiten. De manera similar, hay dos profetas específicos, los “dos testigos”, profetizados para venir en el futuro en el tiempo del fin. Profetas se encuentran a través de toda la historia de la iglesia.
Apoc 11: 3, 6, 10, 18 ” 3 Mandaré a mis dos testigos para que profeticen, durante mil doscientos sesenta días, vestidos de saco.
6 Ellos tienen poder de cerrar el cielo para que la lluvia no caiga los días de su ministerio profético y tienen poder sobre las aguas para tornarlas en sangre, y para herir la tierra con todo género de plagas cuantas veces quisieren.
10 Los moradores de la tierra se alegrarán a causa de ellos, y se regocijarán, y mutuamente se mandarán regalos, porque estos dos profetas eran el tormento de los moradores de la tierra.
18 Las naciones se habían enfurecido, pero llegó tu ira, y el tiempo de que sean juzgados los muertos, y de dar la recompensa a tus siervos los profetas, a los santos y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y destruir a los que destruían la tierra.
Apoc 16: 6 “6 Pues que derramaban la sangre de los santos y de los profetas, tú les has dado a beber sangre; bien se lo merecen.”
Apoc 18: 19-20 “19 Y arrojaron ceniza sobre sus cabezas, y gritaron, llorando y lamentándose, y diciendo: ¡Ay, ay de la ciudad grande, en la cual se enriquecieron todos cuantos tenían navíos en el mar, a causa de su suntuosidad, porque en una hora quedó devastada! 20 Regocíjate por ello, ¡oh cielo! y los santos y los apóstoles y los profetas, porque Dios ha juzgado nuestra causa contra ella.
Apoc 18: 23-24 “23 la luz de lámpara no lucirá más en ti, ni se oirá más la voz del esposo y de la esposa, porque tus comerciantes eran magnates de la tierra, porque con tus maleficios se han extraviado todas las naciones, 24 y en ella se halló la sangre de los profetas, y de los santos, y de todos los degollados sobre la tierra.
Apoc 19: 10 “10 Me arrojé a sus pies para adorarle, y me dijo: Mira, no hagas eso; consiervo tuyo soy y de tus hermanos, los que tienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios. Porque el testimonio de Jesús es el espíritu de profecía.”
Apoc 22: 7-10 “7 He aquí que vengo presto. Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro. 8 Y yo, Juan, oí y vi estas cosas. Cuando las oí y vi, caí de hinojos para postrarme a los pies del ángel que me las mostraba. 9 Pero me dijo: No hagas eso, pues soy consiervo tuyo, y de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro; adora a Dios.” 10 Y me dijo: No selles los discursos de la profecía de este libro, porque el tiempo está cercano.
Apoc 22: 18-19 “18 Yo atestiguo a todo el que escucha mis palabras de la profecía de este libro que, si alguno añade a estas cosas, Dios añadirá sobre él las plagas escritas en este libro;” 19 y si alguno quita de las palabras del libro de esta profecía, quitará Dios su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa que están escritos en este libro.
¿En dónde están los profetas hoy?
Muchos han dicho, “Si Dios todavía está suministrando profetas a la iglesia, en dónde están ellos? Mi iglesia –incluso toda mi denominación– no reconoce a ninguno”. Nuestros líderes nacionales no reconocen tampoco a ninguno. Ese es un “negocio usual” cuando se trata de profetas. Nosotros debemos recordar que Dios envía profetas a decir Sus mensajes y a hacer Su obra, lo que a menudo entra en conflicto con los propósitos de líderes políticos y religiosos. Los grupos políticos y religiosos tienden a permitir solamente a profesores y educadores que son educados en sus escuelas o aprobados por su administración. Sí, Dios podría escoger dar a alguno de ellos el don de la profecia, pero puesto que tales grupos y sus escuelas no parecen buscar dones proféticos, ellos raramente los reciben. Note estos importantes pasajes:
Mat. 23: 37-39 “37 Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados, cuántas veces quise reunir a tus hijos, a la manera que la gallina reúne a sus pollos bajo las alas, y no quisiste! 38 Vuestra casa quedará desierta, 39 porque en verdad os digo que no me veréis más hasta que digáis: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
Mat 21: 24-27 “24 Respondió Jesús y les dijo: Voy a haceros yo también una pregunta, y si me contestáis, os diré con qué poder hago tales cosas. 25 El bautismo de Juan, ¿de dónde procedía? ¿Del cielo o de los hombres? Ellos comenzaron a pensar entre sí: Si decimos que del cielo, nos dirá: ¿Pues por qué no habéis creído en él? 26 Si decimos que de los hombres, tememos a la muchedumbre, pues todos tienen a Juan por profeta. 27 Y respondieron a Jesús: No sabemos. Díjoles El a su vez: Pues tampoco os digo yo con qué poder hago estas cosas.
Si no hubo un profeta más grande que Juan el Bautista (Mat. 11: 9-11) y si los líderes de su día rehusaron reconocerlo a él, ¿Que nos hace pensar a nosotros que los líderes de nuestros días reconocerán a cualquier verdadero profeta hoy? Este escritor se ha reunido con personas quienes él cree que tienen el don de profecía, pero ellos están a menudo en pequeñas congregaciones o mantienen un “bajo perfil” un congregaciones más grandes. En la mayoría de los casos, ellos han dicho o hecho cosas en conflicto con opiniones populares o de los líderes, así que ellos no son tenidos en alta estima por los hermanos.
Como ejemplo, a través de todo el Nuevo Testamento, los líderes y la mayoría de la gente común estaban buscando por un Mesías que establecería un reino físico aparte del poder romano. Incluso después de la muerte y resurrección de Cristo, sus propios discípulos todavía estaban preguntando acerca de esto (Hechos 1: 6-8). Esa era su interpretación profética. Así por supuesto, la enseñanza de Juan el Bautista y Jesucristo, que era de Dios, no se acomodaba con la doctrina de esos días. Y así las interpretaciones proféticas de hoy tienen detalladas descripciones del “rapto” o de un “lugar de seguridad”, la “bestia” su “marca”, la “batalla de Armagedón”, “el retorno de Cristo”, etc. Dios sabe más que todos los intérpretes proféticos de hoy. Así cuando Él habla a través de profetas hoy, Él probablemente no siempre está de acuerdo con las interpretaciones proféticas populares.
Aunque la Biblia nos enseña a nosotros a escuchar a los profetas en las reuniones de los hermanos (1 Cor 14: 29), la abrumadora enseñanza es no buscar profetas para escuchar, sino “desear profetizar” (1 Cor 14: 1, 24-25, 39; 12: 31; 1 Tes 5: 20; 1 Ti 4: 14). Aunque no está garantizado que alguno recibirá algunos dones espirituales en particular, desearlos ciertamente significa que es de valor orar por ellos. Nosotros podemos orar para recibir el don de profecía. Nosotros deberíamos estar dispuestos a orar por ello por un largo período de tiempo –justo como nosotros podríamos orar por los miembros de la familia, un trabajo mejor un nuevo hogar, etc. Nosotros deberíamos orar acerca de usarlo para el bien, no por razones egoístas. Nosotros no queremos que la gente diga, “Mírenlo a él, él es espiritual” o “Mírenla a ella, es una profetiza”. Nosotros deberíamos orar por tener fuerza para soportar la persecución que generalmente trae el don de la profecía.
Algunas veces, nosotros podemos sentir que nosotros no somos lo suficientemente justos para recibir el don de profecía. No se preocupe. Nadie es “suficientemente justo” para recibirlo. Es un inmerecido regalo de Dios! Si nosotros tenemos algo incorrecto en nuestras vidas, nosotros necesitamos arrepentirnos, buscar el perdón y vencer –sea que nosotros recibamos el don de la profecía, o no. No es algo que uno tenga que “trabajar” o “conseguir el sentimiento correcto para recibirlo”. Si es un sueño, una visión, una voz o un sentimiento abrumador, la mayoría de las personas saben cuando Dios claramente les ha hablado a ellos. Los profetas de la Biblia eran completamente honestos acerca de lo que ellos veían o escuchaban, y fueron muy cuidadosos en no añadir a ello, ni quitar de ello, o confundir sus propias interpretaciones y sentimientos con los que Dios les dio a ellos. A veces, ellos tenían que ser contenidos para no entender (Dan 12: 8-9). Uno siempre puede juzgar al hacer registros precisos de las revelaciones y luego buscar si ellas llegaron a ocurrir como se entendieron.
En cuanto se aproxima el tiempo del fin, nosotros necesitamos más profetas, no menos. Profetas locales pueden ayudar a cada persona y a cada grupo a sobrevivir y ser poderosos testigos en las tribulaciones que han de venir. El don de profecia no es vulnerable a la vigilancia electrónica, fallas de la red, acción de la policía, leyes restrictivas o censura religiosa. Él funciona en cualquier idioma, costumbre o cultura. Él funciona no importa lo que hagan otras naciones e iglesias.
Mat. 7: 7-8 ” 7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.” 8 Porque quien pide recibe, quien busca halla y a quien llama se le abre.
Norman Edwards estuvo una vez en la junta de directores de la Iglesia de Dios Globla. Él maneja el Campus de la Biblia Port Austin y es editor de la revista La Voz del Pastor. Él no es parte de la Continuación de la Iglesia de Dios, en donde yo funciono como líder humano (y soy un profeta ordenado).
Aunque Norman Edwards y yo hemos estado en desacuerdo acerca de aspectos del gobierno de la iglesia y varios asuntos de doctrina (y yo habría sugerido un título diferente, etc., para su artículo), nosotros ambos estamos de acuerdo en que muchos de los que están o dicen estar en la Iglesia de Dios (COG) erróneamente no aceptan que Dios tenga algún profeta hoy en día. Nosotros también estamos de acuerdo en que la mayoría tiene severas dificultades para identificar a uno que realmente sea un profeta a causa de varios prejuicios no escriturales e impropios criteros que ellos tienen.
Como señala el artículo de Norman Edward, es escritural tener profetas ahora de acuerdo al Nuevo Testamento. Pero muchos quienes verdaderamente creen que ellos viven por la palabra de Dios tan descartado o pasado por alto lo que la Biblia realmente enseña y/o han sido influenciados por otros quienes han hecho lo mismo o peor. La COG tiene al menos un verdadero demostrable profeta hoy en día, sin embargo la mayoría en la mayor COG del mundo parece ser capaz de ignorar la verdad acerca de eso, como la mayoría ignoró a Juan el Bautista y a otros en sus días.
Un artículo incluso más detallado acerca de los profetas en la Iglesia de Dios es ¿Cómo determinar si alguien es un verdadero profeta de Dios?. Ese artículo no sólo tiene escrituras, él también tiene escritos históricos de la COG que deberían ayudar a la gente que creerá la verdad a ser capaz de ver la verdad.
En enero 2013, yo también di un sermón titulado ¿Cómo determinar si alguien es un verdadero profeta de Dios? y está disponible en el canal YouTube de la ContinuingCOG. Algunos pueden encontrarlo de interés.